Tradición y cultura popular

Todos los grupos humanos generamos  formas de pensamiento para concebir y manifestar nuestra  realidad, buscamos que la vida en sociedad tenga un sentido, y creamos las formas, hechos y prácticas con el poder de simbolizar, que adquieren un sentido tan importante que queremos transmitirlo a las próximas generaciones.

Cultura popular son los procesos de creación cultural emanados directamente de las clases populares, de sus tradiciones propias y locales, de su genio creador cotidiano”. Proviene de las clases subalternas como respuesta a las dinámicas de dominación y explotación, es decir en una clara distinción frente a las expresiones culturales oficiales o elitistas, creadas a partir de los gustos e intereses de las clases dominantes.

Las manifestaciones de la cultura popular son colectivas, heterogéneas, vitales y tradicionales. Pueden o no identificarse con regionalidades o etnicidades específicas y pueden o no conservar su forma originaria de ejecución,  pero siempre tienen un valor simbólico para quien la vive, ofrece a las personas la posibilidad de sentirse portador de un hecho cultural que lo identifica como grupo

Lo que define la tradicionalidad no es la antigüedad de existencia, sino las formas en que se da la transmisión de los saberes y prácticas, de generación en generación mediante la oralidad y la observación, y se fortalecen con el transcurso del tiempo a través de un proceso de creación colectiva. Entonces tradición no es lo estático; “está siempre emergiendo, desapareciendo y reapareciendo. Es sinónimo de actividad y no de pasividad” (Gloria Triana, 1989).

Cultura popular y tradicional son saberes cargados de simbolismos profundos para comprender y actuar en la sociedad actual porque guardan relación con la concepción del mundo material, social y espiritual de una comunidad. Por eso para Canchimalos es un objetivo resinificar lo tradicional hoy para crear otros sistemas de valores éticos y estéticos de nuestra sociedad.